Liberalismo radical en Colombia (1863-1885) y Ecuador (1895-1915)
Con el presente trabajo pretendo revisar el concepto de liberalismo radical como movimiento político en su configuración estatal de Colombia y Ecuador. Ambos países comparten, para su fortuna, vidas políticas paralelas que pudieron confluir en su historia, formación y política. El primer capítulo...
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Formato: | Tesis de Maestría |
Publicado: |
Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador
2011
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Materias: | |
Acceso en línea: | http://hdl.handle.net/10644/2601 |
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Sumario: | Con el presente trabajo pretendo revisar el concepto de liberalismo radical como
movimiento político en su configuración estatal de Colombia y Ecuador. Ambos países
comparten, para su fortuna, vidas políticas paralelas que pudieron confluir en su
historia, formación y política. El primer capítulo se ocupa de la noción de radicalismo e función del liberalismo y el conservadurismo; en el capítulo segundo se desarrollan aquellas condiciones necesarias que vieron nacer al liberalismo radical y le propiciaron su oportunidad en el poder; finalmente, el capítulo tercero se concentra en ilustrar las acciones de los gobiernos radicales, sus protagonistas y su coherencia conforme obedecen a una doctrina liberal radical.
Pongo de presente no solo las coincidencias políticas que permitieron el surgimiento de una fuerte corriente liberal radical sino que también destacó las consecuencias positivas y negativas que pudieron dejar sus gobiernos en la praxis y la memoria de sus pueblos. Sin duda, su momento histórico funda en cada nación una esperanza social importante y una revolución que marcaría un devenir muy favorable a los estados nacientes y su reformulación de la forma colonial de administración y la
política en manos de una fuerte tradición criolla o militarista.
Creo que el liberalismo radical, que con sus matices gobernó en Colombia y Ecuador, puso de presente al individuo como protagonista de la historia y a las
sociedades que éstos conformaban. También lucha contra las instituciones coloniales
que requieren de lo religioso para sobrevivir. Incuba, en la formación y la educación, el proyecto genuino de un hombre moderno, racional y autónomo que puede construir su futuro y autodeterminarse. Lamentablemente, fracasa en su férreo espíritu de combatir de manera compulsiva a la semilla de religión que había sido legada tres siglos antes pero sienta el Estado laico que permitirá la consolidación estatal con un definitivo quiebre de la política colonial y en la aplicación de un igualitarismo que pueda regular la sociedad naciente. |
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