México: Campañas electorales americanizadas

Aunque los consultores norteamericanos reducen las campañas electorales al arte de ganar el poder usando tres ingredientes básicos, el dinero, los medios televisivos y las campañas negativas, me parece, que son mucho más que eso. Las campañas electorales son el momento culminante de la representació...

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Detalles Bibliográficos
Autor Principal: Berlín Villafaña, Irving
Formato: Artículos
Publicado: Quito, Ecuador : CIESPAL 2006
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/10469/13509
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Descripción
Sumario:Aunque los consultores norteamericanos reducen las campañas electorales al arte de ganar el poder usando tres ingredientes básicos, el dinero, los medios televisivos y las campañas negativas, me parece, que son mucho más que eso. Las campañas electorales son el momento culminante de la representación política que transfiere el poderdel pueblo a los gobernantes. Lo esencial, en consecuencia, es la calidad de esa representación. El conteo de los votos es, ciertamente, una convención que hemos acordado para medirla, pero, sin lugar a dudas no es suficiente. Si las campañas son procesos controlados con técnicas comunicacionales y éstas no mejoran las condiciones de la transferencia del poder ciudadano a los gobernantes, entonces vivimos democracias de pacotilla. Algunos datos, como los niveles crecientes del abstencionismo entre los votantes mexicanos, llaman la atención sobre la dudosa calidad de la representación, lo mismo que los frecuentes conflictos poselectorales en campañas muy competidas. Un repaso de las etapas de la campaña electoral mexicana del 2006 para elegir Presidente de la República también da cuenta de diversos factores de distorsión de la transmisión del poder al gobierno.